La Umbra es una misteriosa dimensión que se encuentra junto al mundo de la materia, pero no dentro de él. Es un mundo compuesto totalmente de energía espiritual y está separado del mundo terreno por una extensa barrera denominada Celosía.
Aunque hace mucho tiempo, los mundos gemelos del alma y la materia fueron uno, ahora están separados por la dura realidad.
El reino espiritual traspasa la Celosía en muchos puntos para contactar con el físico, pero los dos no pueden hacer saltar en pedazos la Celosía para unirse. Sólo los elegidos de Gaia pueden atravesar la Celosía y viajar de la Tierra a la Umbra, aunque muchos seres perversos del mundo espiritual pueden viajar en dirección contraria.
Dentro de la Umbra hay muchas dimensiones en miniatura, denominadas Reinos, y cada una está gobernada por leyes de la realidad distintas. Algunos desafían todas las leyes físicas de la Tierra. Sin embargo, la mayoría de los reinos que visitan los Garou, se parecen al mundo físico (tienen suelo, cielo, primer término y horizonte).
Los viajeros por la Umbra perciben el mundo espiritual de forma muy similar a como perciben el mundo físico (ven, oyen, huelen, tocan y saborean).
La experiencia vital del viajero de la Umbra modela, literalmente, la concepción que en cada momento tiene de la Umbra. Así pues, las tribus de Garou tienen una visión diferente de ella.
Una parte del mundo espiritual, denominada la Penumbra, refleja el mundo material. Las acciones poderosas en el plano físico envían al mundo espiritual emanaciones que modelan la Penumbra de formas características. Algunas, las más poderosas, atraviesan en ondas la Penumbra y llegan a la Umbra Próxima, donde crean reinos basados en una sola idea o estructura mitológica. Estas emanaciones son demasiado débiles como para afectar a la Umbra Profunda (que alberga las formas puras y abstractas conocidos por los Garou como el Kaos, la Tejedora y el Wyrm).
La Umbra está llena de espíritus, que son al mismo tiempo útiles y hostiles para los Garou. Los Garou los consideran fenómenos naturales (animales, árboles, viento, etc...) o fuerzas sobrenaturales (monstruos horrendos y vertederos de contaminación viviente). Estos espíritus carecen de sustancia física y, por lo general, sólo entran en el mundo físico si se les vincula dentro de un fetiche, persona o criatura. Ciertos espíritus, los más poderosos, pueden pasar al reino físico sin más que desearlo, aunque con un gran coste energético.
Los Garou cuando viajan al mundo espiritual, a menudo experimentan un terror amorfo y estremecedor, pero también una extraña sensación de formar parte de la Umbra. La Umbra es el lugar que los renueva, cura sus cuerpos heridos y restaura sus almas.
Aunque hace mucho tiempo, los mundos gemelos del alma y la materia fueron uno, ahora están separados por la dura realidad.
El reino espiritual traspasa la Celosía en muchos puntos para contactar con el físico, pero los dos no pueden hacer saltar en pedazos la Celosía para unirse. Sólo los elegidos de Gaia pueden atravesar la Celosía y viajar de la Tierra a la Umbra, aunque muchos seres perversos del mundo espiritual pueden viajar en dirección contraria.
Dentro de la Umbra hay muchas dimensiones en miniatura, denominadas Reinos, y cada una está gobernada por leyes de la realidad distintas. Algunos desafían todas las leyes físicas de la Tierra. Sin embargo, la mayoría de los reinos que visitan los Garou, se parecen al mundo físico (tienen suelo, cielo, primer término y horizonte).
Los viajeros por la Umbra perciben el mundo espiritual de forma muy similar a como perciben el mundo físico (ven, oyen, huelen, tocan y saborean).
La experiencia vital del viajero de la Umbra modela, literalmente, la concepción que en cada momento tiene de la Umbra. Así pues, las tribus de Garou tienen una visión diferente de ella.
Una parte del mundo espiritual, denominada la Penumbra, refleja el mundo material. Las acciones poderosas en el plano físico envían al mundo espiritual emanaciones que modelan la Penumbra de formas características. Algunas, las más poderosas, atraviesan en ondas la Penumbra y llegan a la Umbra Próxima, donde crean reinos basados en una sola idea o estructura mitológica. Estas emanaciones son demasiado débiles como para afectar a la Umbra Profunda (que alberga las formas puras y abstractas conocidos por los Garou como el Kaos, la Tejedora y el Wyrm).
La Umbra está llena de espíritus, que son al mismo tiempo útiles y hostiles para los Garou. Los Garou los consideran fenómenos naturales (animales, árboles, viento, etc...) o fuerzas sobrenaturales (monstruos horrendos y vertederos de contaminación viviente). Estos espíritus carecen de sustancia física y, por lo general, sólo entran en el mundo físico si se les vincula dentro de un fetiche, persona o criatura. Ciertos espíritus, los más poderosos, pueden pasar al reino físico sin más que desearlo, aunque con un gran coste energético.
Los Garou cuando viajan al mundo espiritual, a menudo experimentan un terror amorfo y estremecedor, pero también una extraña sensación de formar parte de la Umbra. La Umbra es el lugar que los renueva, cura sus cuerpos heridos y restaura sus almas.
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